De Sto Domingo de la Calzada a Castrojeriz. (Del 31/03 al 05/04/2012).
Después de una semana de peregrinaje, recorriendo las Castellanas tierras del Cid, volvemos a casa con las pilas cargadas.
Partiendo de Santo Domingo de la Calzada (donde cantó la gallina después de asada,) y tras innumerables pasos bordeando los cultivos de secano, uno se "pierde" en los Montes de Oca (paraje en el cual lobos y bandoleros despojaban a los antiguos peregrinos de sus propiedades y de sus carnes).
Tras encomendar nuestra alma a San Juan de Ortega (en le Monasterio de su mismo nombre) nos adentramos en la sierra de Atapuerca para rememorar la historia y compartir las vivencias de nuestro antepasado "Homo Antecesor" que habitó aquellos idílicos parajes hace aproximadamente 800.000 años.
Embarrados y sudorosos llegamos a Burgos para rendir pleitesía al "CID Campeador"; lavar nuestra suciedad en las aguas del Arlanzón; limpiar nuestras almas en la majestuosidad de su Catedral; rememorar las gestas de Alfonso VIII en la batalla de Tolosa (entre la paredes del Monasterio de la Huelgas), y finalmente atiborrarnos de su exquisita morcilla.
Después de una semana de peregrinaje, recorriendo las Castellanas tierras del Cid, volvemos a casa con las pilas cargadas.
Partiendo de Santo Domingo de la Calzada (donde cantó la gallina después de asada,) y tras innumerables pasos bordeando los cultivos de secano, uno se "pierde" en los Montes de Oca (paraje en el cual lobos y bandoleros despojaban a los antiguos peregrinos de sus propiedades y de sus carnes).
Tras encomendar nuestra alma a San Juan de Ortega (en le Monasterio de su mismo nombre) nos adentramos en la sierra de Atapuerca para rememorar la historia y compartir las vivencias de nuestro antepasado "Homo Antecesor" que habitó aquellos idílicos parajes hace aproximadamente 800.000 años.
Embarrados y sudorosos llegamos a Burgos para rendir pleitesía al "CID Campeador"; lavar nuestra suciedad en las aguas del Arlanzón; limpiar nuestras almas en la majestuosidad de su Catedral; rememorar las gestas de Alfonso VIII en la batalla de Tolosa (entre la paredes del Monasterio de la Huelgas), y finalmente atiborrarnos de su exquisita morcilla.
Habituados nuestros pies a la caminata diaria, y perseguidos por las lluvias de Abril, nos perdemos en medio del Páramo Castellano.
Tras largas horas de marcha, traspasando el famoso Arco de las ruinas del Convento de San Antón (Antigua casa general de los Antonianos. Construcción del siglo XIV) accedemos a la hidalga y caballerosa Castrojeriz, a la cual en el 974, el conde de Castilla García Fernández le otorgó el Fuero de Castrojeriz; considerado como el 1º Fuero otorgado en toda Castilla, y donde se equiparaba a cualquier campesino que poseyera un caballo con un infanzón (caballeros villanos).
A los pies de su Castillo y al amparo de sus monumentales e históricas Santa María, San Juan y Santo Domingo, damos por finalizada, temporalmente, nuestra peregrinación.
Camino de Santiago 2012
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