El pasado agosto, el incendio que arrasó la sierra de la Paramera en Ávila llegó a las puertas de las casas de varios pueblos sembrándolo todo de dolor, ruina y destrucción.
Al recorrer los parajes que hasta entonces habían formado parte de mi vida se me partió el alma y compuse el poema "Se me muere Ávila".
Ricardo Yuste Jiménez, María García Martín y Layla San Segundo González le han puesto voces y música a la letra y ha quedado algo precioso que retrata la tragedia que jamás debió producirse. Esperemos que nunca se vuelva a repetir. Mil gracias a los tres por este maravilloso regalo.
Se me muere Ávila
Esa piedra de dolor disfrazada,
ese prado que no verá la escarcha,
esa gente que ha perdido su casa
y esa res que hoy no comerá nada.
Ese silencio que te abrasa, perverso,
ese humo que acuchilla tu infancia,
esa pena que te desgarra el alma
al ver tu tierra negra y desangrada.
Hoy que todo se viste de amargura,
de recuerdos, aromas y añoranza,
lloro por aquellos días felices,
por las fuentes ahora desecadas,
y por las ramas que no cobijarán,
ni a pastores ni a pájaros ni al alba.
Solosancho, 16/08/21.
Moisés González Muñoz.
Versión de Ricardo Yuste Jiménez (voz y guitarra).
Volvió el político a su infame sillón. Cayó el silencio sobre las cenizas. Y los viejos lloran por otra traición.
Atrás quedarán promesas vacías de quien del mentir hace su función. Poco les importa la inmensa ruina ni la incompetencia que la generó.
Ríos de luto bajan de la sierra, viles guadañas con filo de horror, asfixiando con perversa inquina, acuíferos, vegas, los prados, la flor.
Vistiendo de muerte, pena y desazón, lo que ayer fue vida, alegría y verdor, para que a la historia se añada un renglón: ¡Lo que el pueblo siembra, lo roba el felón!